Valencia: ¿Adiós a la Fórmula 1?

Las declaraciones del magnate (o mago, según se mire) de la Formula 1, Bernie Ecclestone, desmereciendo el Gran Premio de Europa celebrado en agosto pasado en el Circuito Callejero de Valencia, son coincidentes en el tiempo con la noticias de las pérdidas económicas de Valmor en esa primera edición (se habla de dos o tres millones de euros) y su gran preocupación por el bajo ritmo en la venta de entradas para el de este año, lo que aumentaría el déficit. A mi esta coincidencia me llama mucho la atención. Hasta el punto de pensar si alguien está preparando el terreno para decir adiós a la Fórmula 1 en Valencia. No es normal que, a la vez que Valmor plantea, más o menos, que si no se le ayuda con aportaciones públicas, va a ser difícil mantener la organización, se descuelga Ecclestone con ese menosprecio a la competición valenciana. Con la boca pequeña ya le han pedido que rectifique o matice, pero, insisto, no sé si se trata de una boutade de las que a veces acostumbra a decir, o hay algo más detrás, como por ejemplo el reconocimiento de un error, a la vista del resultado del año pasado y de floja venta de entradas para este. La coincidencia es significativa.
Que un país tenga dos grandes premios de Fórmula 1 no se sostiene. Y en plena crisis económica, menos. Y con Fernando Alonso en horas bajas, es la antesala del cierre. El año pasado las expectativas no se cumplieron. Ahora lo dice Ecclestone-. Un servidor ya lo dijo el año pasado y lo reafirmé en el Foro del Deporte, organizado por la Universidad hace unos meses, con los datos (audiencias, resultado deportivos, espectadoresÉ) en la mano. Si encima ahora sabemos que las cuentas de Valmor no cuadran, pues apaga y vámonos.
En 2008, Alonso no iba bien y su coche se paró en la primera vuelta de la carrera de Valencia. Para 2009 la gran esperanza blanca que podría suponer para mejorar las estadísticas del año anterior, tampoco acaba de carburar. Además hay una circunstancia que incide negativamente en las expectativas, crisis económica aparte: la desconfianza. La gente tiene la experiencia del año pasado: entradas caras (siguen sin bajarlas, como si no pasar nada), bastantes protestas por falta de buena visibilidad y, lo peor, aquella canción de entradas agotadas a los pocos días, cuando al final había agencias de viajes vendiendo al precio de 2x1, ¿recuerdan? Claro, ¿quién se va a fiar? Los incondicionales menos afectados por la crisis, prefieren esperar, y los más afectados ni irán. Y excuso decir los curiosos que fueron para observar que era aquello de la F1.
Así, si siguen las pérdidas o aumentan, ¿quién va a poner los dineros? ¿Fernando Roig, que les ha hecho un favor dejándoles usar su nombre? ¿Aspar, que no los tiene?, o ¿el pagano de siempre, Bancaja, ya muy escaldado con Terra Mítica, el Valencia CF, etc.?. Claro, las miradas se dirigen hacia el padrino de la cosa: el inquilino del Palau de la Generalitat, que por un lado no puede dejar caer el juguete y por el otro tiene empeñada hasta la última piedra del Palau como para darle una ayudita a Valmor.
Por eso no descarten un arreglo con Ecclestone para que la F1 en Valencia pase a mejor vida, o simplemente que aquel se la lleve a otros lares si en la segunda edición la cosa sigue igual. Ocurre que la solución más razonable, es muy difícil de asumir, sobre todo ahora que el otro gran eje de la política de grandes eventos, la Copa del América, ni sabe, ni contesta. ¿Qué harían con el circuito y el fastuoso gasto de 80 millones allí invertidos? El tinglado que sostiene la falla está carcomido y difícilmente se sostendrá con otros eventos alternativos, como el que se celebrará dentro de unos días en Valencia: el Global Champions Tour, que según el gabinete de comunicación del Ayuntamiento es "la Fórmula 1 de la Hípica". ¡Ay, Dios mío, Dios mío! No saben cómo vender el producto. Con todos los respetos, ¡no hagan el ridículo!, ni bauticen a los caballos con el nombre de los coches. Soy un gran amante de los animales, y también de los caballos, pero de ahí a que financien una competición con "los 30 mejores jinetes y amazonas del ranking mundial" (eso ya lo veremos), dista un abismo. De nuevo surge la gran pregunta: ¿cuánto nos cuesta a los valencianos?. Porque ahora resulta que, al contrario de lo que afirmaron en un principio ("el Ayuntamiento solo colaborará facilitando el espacio anexo en el Jardín del Turia") sí pondrán el 25% de los gastos junto a la Generalitat. ¿Será que el jardín anexo vale ese porcentaje que no sabemos cuánto es?
Lo malo no es que se les caiga la falla; lo peor es el solar que dejarán. Con todo el dinero de los eventos podían haber creado una estructura deportiva valenciana de primera calidad. El futuro es tan duro que no tendremos ni eventos ni deporte.

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